¡Liberad a los
críos! Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos.
Una campaña publicitaria muestra la reacción de los
internos de una cárcel americana al conocer el dato. "Súbete a un árbol,
rómpete una pierna… Es la vida"
Los internos de las prisiones de máxima seguridad de
Estados Unidos salen al patio al menos dos horas al día. Por extraño que
parezca, este tiempo es el doble del que pasan jugando en la calle, de media,
los niños de entre 5 y 12 años de todo el mundo. Esto es lo que se desprende de
una investigación dirigida por las marcas británicas de detergente OMO y
Persil, que se llevó a cabo en 10 países con 12.000 padres que tenían hijos de
estas edades. Según sus conclusiones, los pequeños no suelen superar los 30 minutos
al día al aire libre.
Conforme a
estos resultados, Persil lanzó una campaña publicitaria titulada Liberad a los niños. Ensuciarse es bueno. Liderada por
sir Ken Robinson, conocido por su trabajo en creatividad, innovación y
educación, y el doctor Stuart Brown, director del Instituto Nacional del Juego,
los padres pueden compartir sus puntos de vista acerca de la importancia del
juego y registrar el colegio de sus hijos en e lDía
de la clase vacía, una jornada de aprendizaje fuera del colegio.
El vídeo que puede encontrar sobre estas líneas es un
anuncio de esta campaña. En él se pone de manifiesto lo importante que es, para
el día a día de los internos de la prisión de máxima seguridad Wabash Valley en
Indiana (Estados Unidos), realizar actividades fuera de las celdas. Los presos
describen su tiempo libre diario como “el momento más importante del día”. Si
este rato se viera reducido a la hora que disfrutan los menores al aire libre
"sería una tortura", asevera uno de ellos.
Además, las
manchas de barro no son solo un indicador de diversión. Contra lo que pueda
parecer, que los niños no estén siempre impolutos es bueno para la salud. Un estudio llevado a
cabo por el departamento de alergología del hospital de Gotemburgo, en Suecia,
llegó a la conclusión que vivir en casas extremadamente asépticas daba lugar a
un efecto paradójico: hacía más probable que las defensas de los niños se
volvieran irritables.
La idea de que
un ambiente algo más sucio como una
granja ayuda a que los críos desarrollen menos alergias y sus defensas sean más
fuertes se conoce como Hipótesis de la higiene. Según contó a
BUENAVIDA Francisco Guarner, presidente de la Sociedad Española de
Probióticos y Prebióticos, para curarnos en salud, "conviene aumentar el contacto
con la naturaleza".
A finales de
los años 80, el epidemiólogo inglés David P. Strachan concluyó con un estudio que los menores con menos rinitis alérgica eran los que se habían
expuesto a infecciones durante la edad temprana, bien por contacto poco
higiénico con hermanos mayores o adquiridas antes de nacer. Estudios posteriores llevan a
la conclusión de que el uso de antibióticos y el “exceso de higiene” aumentan
la posibilidad de que los niños desarrollen alergias.
Un guardia de seguridad de la prisión Wabash al que
entrevistan para esta pieza audiovisual, defiende el valor de ensuciarse:
"Si los niños no necesitan meterse urgentemente en la bañera, es que no han jugado lo suficiente”.
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