LOS MIEDOS INFANTILES A CADA EDAD
Los
miedos infantiles deben contemplarse como algo normal y positivo en el
desarrollo infantil. Constituyen una función adaptativa y protectora del
entorno; aunque a veces, estos miedos pueden suponer un obstáculo en el
crecimiento feliz del niño o la niña.
¿Cómo
detectarlos?
El
niño/a presentará llanto, postura tensa, ojos muy muy abiertos, respiración
agitada, movimientos repetitivos, insistencia para que se les coja en brazos,
deseo de huida del lugar, falta de apetito, quejas de dolores…
·
Desde el
nacimiento: miedo instintivo a sonidos fuertes y movimientos bruscos.
8 meses. Miedo a las caras desconocidas.
Respeta la necesidad de estar con la madre y no fuerces a estar en brazos de
otras personas.
10 meses. Miedo a perder a personas de vista.
Aún no tienen adquirida la permanencia del objeto y, hasta los 18-24 meses, lo
que no ven, es como si no existiera.
Explícales que vas a volver. Háblale desde otras habitaciones.
24-30 meses. Miedo a la separación. Cuando la
noción de permanencia del objeto está adquirida, puede seguir existiendo miedos
relacionados con el apego. En estas edades suele haber problemas a la hora de
quedarse en casa de otras personas o en la escuela infantil. Realiza
adaptaciones graduales, déjales un objeto de apego, explícales qué va a hacer
en el lugar, cuánto tiempo estará y que volverás. Después de él o ella haga una
actividad en concreto (para facilitar la orientación temporal). No te vayas a
escondidas, pues aumentará la inseguridad, pero tampoco la alargues demasiado.
Leerle cuentos relacionados puede ayudarle. Pregúntale qué ha hecho cuando
vayas a recogerlo.
MIEDO a personas disfrazadas. No le obligues a
acercarse a estas. Explícales que son personas y que están disfrazadas.
Obsérvalos con él o ella desde la distancia.
MIEDO al agua. Es normal que le de miedo
encontrarse en un entorno desconocido. No te separes de él o ella mientras está
en el agua, introduce juguetes para darle más seguridad y distraerlo. Juega a
juegos de agua, de vaciar y llenar, con objetos flotantes, con jabón…si el
miedo es en la bañera, llénala paulatinamente. Si es el mar, intenta que al
inicio pueda tocar siempre el suelo.
MIEDO a
la oscuridad y los monstruos. Empieza a distinguir entre el bien y el mal, pero
no entre fantasía y realidad. No lo asustes para que haga lo que desees con
expresiones como “viene el coco”. Juega con él o ella explorando su habitación
antes de dormir, déjale una luz encendida cerca, transmite que estás cerca,
que está seguro y que esos seres no existen y no le harán daño.
Podéis hacer dibujos de monstruos con aspecto
amigable. Lee cuentos antes de dormir y juegos de relajación. Marca la rutina
de antes de dormir como algo divertido y relajado y no como un evento de
separación traumática.
MIEDO a los animales. El comportamiento animal
es algo que el niño o niña no puede controlar. Es más inesperado que el de una
persona. Muestra que tú no tienes miedo, no lo obligues a acercarse pero no
huyas del lugar.
Si es un animal doméstico de confianza, cuando
veas al niño/a preparado/a, puedes hacer juegos con el animal. Puedes hacer
juegos con el animal. Puedes regalarle un peluche de animales, leer cuentos
relacionados o ver películas. Explícales por qué se comportan así.
MIEDO al médico. Relaciona a las personas con
bata, con un entorno en el que se siente inseguro y en el que le han hecho
cosas que no han sido agradables, como las vacunas. Explícale qué hará en el
médico y para qué, y que el médico es una persona como otra cualquiera. Deja
que lleve un juguete. Puedes llevar un lápiz y papel para que haga un dibujo
mientras que el médico hable con los adultos, y pueda después regalárselo a
éste para la consulta. De este modo, habrá un nuevo motivo para ir a la
consulta: ver su dibujo expuesto. Tras
la visita, haced alguna actividad de premio. Lee cuentos relacionados con este
entorno, con las partes del cuerpo…en el dentista una de las cosas que más
asustan son los sonidos: ponle nombres infantiles a los instrumentos y
relaciona los sonidos de los mismos.
MIEDO a fenómenos meteorológicos adversos. Como
otros miedos, se debe a que se sienten inseguros ante algo que no pueden
controlar. Es importante explicar que no es causado por alguien que quiere
causarle un mal. Leer cuentos, explicar cómo se forman y por qué suenan
así, y que es sólo sonido.
Compararlo a otros sonidos fuertes y
relacionarlo, por ejemplo: el vecino arrastra muebles, están echando fotos con
cámaras gigantes, etc… entretenerlos mientras dura la tormenta, cantar o poner
música…
MIEDO por su integridad física: a caer y hacerse daño, a cortarse el pelo o las
uñas, etc… es importante hacer juegos de cuidado con muñecos: cortar el pelo,
curarlos… no dar excesiva importancia a estos momentos, explicarles que son
partes del cuerpo que no sienten, como los muñecos. Corta el pelo y uñas
sentado/a en tu falda. Cantar o hablar mientras se realiza la actividad. Valora
la idea de la tirita mágica o emocional.
No gritar o lamentarse cuando se caiga.
A partir de los 12-18 meses. Pesadillas y terrores
nocturnos. Las pesadillas se dan porque el niño/a no es capaz de asimilar lo
ocurrido en el día. Es importante fijar una rutina relajada, acudir a
consolarlos si tienen pesadillas, darles confianza para que cuenten sus
preocupaciones, transmitirle que no está solo/a y que las pesadillas no son
reales. Los terrores nocturnos se producen por la inmadurez del sistema
nervioso y el cansancio. El niño/a no se despierta pero está asustado y con los
ojos abiertos. Cuando se despierta no recuerda lo ocurrido, así que no le
despiertes, quédate a su lado y ofrece calma.
RESUMIENDO…
NO
aumentes su miedo, ni propicies que huya del mismo, pero no fuerces a que lo
supere.
NO
lo ridiculices. Para él o ella, su miedo es importante.
Explícale
qué pasará antes, durante y después de acercarse al estímulo.
Acerca el estímulo en cuestión de forma gradual, con explicaciones previas que lo
acerquen al pensamiento racional (explicándoles por qué no deben tener miedo).
Fomenta
que comunique y exprese sus miedos de forma oral o escrita (dibujos).
Aplica
técnicas de relajación.
Apóyate
en materiales y elementos que te ayuden a acercarlos a sus miedos y a
comprender la realidad de forma racional: cuentos, películas, música, luz,
juegos, dibujos, etc.
No
lo engañes para forzarlo/a a que supere
el miedo: desaparecer en la despedida de la escuela infantil, desaparecer de la
habitación o dejarlo solo en la oscuridad…
Motiva para que aumente su autoestima y reconozca que ella o él puede tener el control
en muchas situaciones y que depende de lo que piense de las coas, para ello:
relaciona el estímulo que le causa miedo con cosas cotidianas sobre las que el
niño/a sí tiene control. Por ejemplo:
ruido de fenómenos meteorológicos con el ruido de arrastrar muebles…
Puedes
pedir ayuda profesional si el miedo es muy acusado y persiste en el tiempo.
Ten encuentra que cada niño/a es único,
y que la actitud y el modelo de crianza de los adultos puede repercutir en
ello: un modelo autoritario, puede crear niños/as con personalidad insegura,
debido a la presión y falta de confianza que perciben, al igual que un modelo
sobreprotector, que no deja que el niño/a resuelva sus problemas, propiciando
la inseguridad en sí mismo. La clave es un modelo democrático y asertivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario